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Pilar Ordoñez (actriz)

Y AHORA… ESCRITORA

Y AHORA… ESCRITORA http://youtu.be/s8M8OGUa8FY

Es curioso que lleve tanto tiempo sin escribir en este blog, y lo haga justamente ahora cuando acabo de sacar a la luz mi primer libro: “MISs tupper SEX; Sexo manual para mujeres abiertas”. Será que terminé exhausta y que ya no tenía fuerzas para escribir más.

La verdad es que siempre he escrito, desde que era pequeña, quizá porque mi padre era dramaturgo y todo lo que él hacía, a mí me provocaba muchísima curiosidad. Recuerdo no tener más de 10 años, cuando descubrí encima de su mesilla un libro de Enid Bylton: “Otra aventura de los cinco”, me llamaron la atención los dibujos de su portada y decidí leerlo allí mismo. Cómo me enganchó desde la primera página insistí en su lectura durante varios días, a escondidas, pues yo no sabía que era un libro para chavales y nunca pregunté a nadie ya que lo había sustraido sin permiso, de la mesilla de su dueño. Más tarde mi padre escribió una obra de teatro sobre aquel libro, montándola a continuación y ofreciéndome cómo actriz, el personaje de Ana, una de las niñas protagonistas.

Entonces fui consciente de que se podía escribir sobre cualquier tema que quisieras, bien adaptando algo previamente escrito como en el caso de los libros de Enid Blyton, o bien inventando ficciones nuevas. Porque siempre habrá alguien a quien le interese tu historia, la única dificultad es conseguir llegar a ese público. Pero eso ya no depende de ti.

A raíz de aquello empecé a escribir una novela de aventuras que se titulaba: “Un año en Londres” y contaba todas las peripecias que me imaginaba me podían pasar en aquella ciudad tan excitante para mi, y en la que ni siquiera había estado. Por falta de disciplina, documentación y corta edad, nunca llegé a terminar aquella novela, quizá algún día la retome. Durante el periodo escolar seguí escribiendo, en este caso poemas que iba dedicando uno a uno a los diferentes compañeros y compañeras de mi clase.

Ya de mayor y viviendo fuera del hogar paterno, empecé a escribir pequeños relatos sobre cosas que me ocurrían y tenía la necesidad de describirlas, probablemente porque no tenía a nadie que considerara tán cercano como para contarle mis sentimientos, sensaciones, etc, y que lo viviera de la misma manera que yo lo hacía. El soporte en papel no me cuestionaba ni criticaba, así que decidí utilizarlo y además quedaría ahí para siempre, ¡bueno! o casi para siempre, porque en los diferentes traslados y mudanzas de mi vida, fui perdiendo todos aquellos relatos. Tampoco es que fueran muy importantes pero sí, me ayudaron a plasmar una idea y a tener la disciplina suficiente como para acabarlo y conseguir que alguien lo leyera.

Más tarde escribí un cuento infantil, con una moraleja sobre el mundo deshumanizado en el que vivimos: “Un Payaso”. Llegué a hacer una edición casera con ilustraciones y todo, pero como me generaba mucho respeto el mundo de la escritura, no me atreví con proyectos más grandes, así que nunca me planteé seriamente la posibilidad de forjarme una carrera cómo escritora.

Aún así continué redactando artículos para publicaciones no profesionales.

Nació mi sobrina Laura y en un cuaderno con imágenes de “El principito” que había comprado en París, decidí escribirle un libro sobre nuestra relación Tía/sobrina con mi propio puño y letra, que comprendía los cinco primeros años de su vida. Y ahí fue cuando aprendí que la escritura era una trabajo a largo plazo. Ese libro nunca se publicó y ni siquiera pensé en hacerlo pues era algo privado que Laura guarda con mucho amor.

Con el transcurso de los años, supe que algún día publicaría mi primer libro. Tenía varios temas que quería tocar y que todavía hoy me siguen obsesionando.

He escritos varios textos para diferentes charlas que daba cómo actriz o viajera y por eso decidí comenzar a contarlo en este blog que hoy tengo tan olvidado.

En mi trabajo como actriz, cuando decidí hacer monólogos, entendí rápidamente que tenía que escribir mis propios textos, —pues no disponía de dinero suficiente como para comprar los derechos de autor de otros, o pagar a alguien para que me escribiera un monólogo a medida—, de esta manera compuse mis propios textos, que yo misma interpretaba, así como para otras actrices en unos sketchs incluidos en el espectáculo musical “Ellas dan la nota”. 

Más tarde me lancé al ruedo de producir, escribir y dirigir mi propio proyecto: “PILATES: 4 Mujeres, 4 Causas”, secundada por otras tres mujeres artistas: la cantante Esmeralda Grao, la violinista Judith Mateo, y la bailarina Alma Sanz, convirtiendo a las tres en actrices y aprendiendo de otras disciplinas.

En 2011 decidí escribir el libro “MISs tupper SEX; Sexo manual para mujeres abiertas” que llevaba tanto tiempo pergeñando, y conseguí publicarlo. Con total sinceridad, sin demasiado esfuerzo. Varias editoriales se interesaron por el proyecto hasta que llegué a un buen acuerdo con una de ellas.

Vendiéndose ejemplares en El Corte Inglés, FNAC, VIPS, Relay… Superando con creces las expectativas que yo tenía para mi primera publicación.

Actualmente estoy escribiendo un par de capítulos más, para poder añadir a “MISs tupper SEX” un bonus track y así hacer la segunda edición. Una de las grandes editoriales me ha hecho una proposición a la que es imposible resistirme. Así que entre mis proyectos cómo escritora está conseguir una buena traducción al inglés de “MISs tupper SEX” para poder publicarlo en los países de habla anglosajona, y empezar lo que será mi próximo libro: “Putriz” como primer título, después ya se verá. Es la historia de dos mujeres; una prostituta o mejor dicho, prostituida y una actriz con un nexo en común tan potente, que hace que la vida de las dos mujeres bien podría haberse intercambiado. Esta historia está basada en hechos reales.

Ahora me queda un arduo trabajo de entrevistas, trascripciones y darle forma literaria. Una labor que requiere mucho tiempo, concentración, humanidad y creatividad.

Lo mejor de escribir es que aprendes mucho, aparte de las cualidades anteriormente mencionadas, la de la paciencia es fundamental. Y de esa yo necesito grandes cantidades.

¡Bueno! veremos qué nos depara el destino.

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