SÁHARA 3
El primer impacto con el Sáhara, me proporcionó una cura de humildad. La escritora Dulce Chacón, que viajaba con nosotras y un año después de este, emprendió el gran viaje, me decía continuamente una frase que incorporé inmediatamente a mi vida: Pilar, siempre puede haber menos. Cuando estás en los campamentos esa frase la vas poniendo en práctica a cada rato. Si te parecía que dormir sobre una colchoneta era duro, al día siguiente viajabas a las dunas y allí dormías directamente en el suelo. Si te parecía que diez mujeres viviendo en una misma jaima era mucha gente, en las dunas dormimos cincuenta personas juntas. Si el frío de noche te calaba los huesos en una casita de adobe con puerta, en las dunas dormíamos en una jaima inmensa y sin puerta, donde la gente se tenía que meter en el saco de otro para darse calor mutuo. Si el habitáculo que había como baño con una simple letrina te parecía poco y mal, hay jaimas que ni siquiera tienen eso y por supuesto en las dunas todo se hace a la intemperie, con una sensación de horizonte de trescientos sesenta grados donde difícilmente puedes ocultarte con nada ni de nadie. Dulce me repetía ves pilar, siempre puede haber menos. Al día siguiente cuando volvimos a nuestra jaima en el 27 de Febrero, estábamos encantadas y empezamos a valorar todas aquellas pequeñas cosas que hasta entonces nos habían hecho quejarnos.Pero nunca olvidaré el atardecer de las dunas, mientras Luís Pastor dirigía una sesión de Tai-chí dándole gracias al Sol.De aquel viaje me llevé más de lo que había dejado. El Sáhara se me había metido en el corazón.
2 comentarios
Aitana -
Un fuerte abrazo
Joaquina -
Un cariñoso recuerdo en memoria de Dulce Chacón, tan dulce y autora de hermosos y emocionados libros.