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Pilar Ordoñez (actriz)

SÁHARA 6

SÁHARA 6 En Diciembre del 2005 se planteó la idea de ver amanecer el año nuevo en el desierto. Parecía algo más tranquilo y lo único que tenía que hacer era presentar la gala de Noche vieja junto a mi pareja, Fernando Iñiguez (periodista musical). A la expedición se sumó Juan Aguirre (Amaral), y dos amigas, Inés y Montse, con los que compartimos jaima e interminables horas hablando de música y más música.Pero dispuse de tiempo para recorrerme el campamento, y darme cuenta de la cantidad de cosas nuevas que los saharauis han ido creando poco a poco.Estuvimos comiendo en un restaurante, con un único plato, ración de pollo con patatas y un par de bebidas, Meca cola o Mirinda. Nos bañamos en un Hamman, también recientemente inaugurado y estuvimos recorriendo las tiendas de la calle principal de Smara donde compramos un radiador para el coche de Castro, director de un colegio para niños con discapacidad mental.Cuando llegó la noche de fin de año, doscientas personas acudimos a la dunas y bajo las mismas inmensas  jaimas de mi primer viaje, nos tomamos las uvas al son de las campanadas que Juan Aguirre hacía sonar en un deteriorado sintetizador. No olvidaré nunca el amanecer del año 2006 en aquellas dunas. Le han seguido dos festivales de cine más. El último en el campamento de Dajla, el más lejano, el que tiene menos recursos. Y una imagen: montada en el toyota mirando hacia atrás, los niños corriendo tras la polvareda del convoy, cada vez eran más pequeñitos e iban desapareciendo como si se tratara de brigadoom, el pueblo que solo aparecía cada cien años. Y el desierto se iba tragando poco a poco las jaimas, la gente… hasta que llegó un momento que no quedaba ni rastro de Dajla. Y una voz en el cerebro:_No nos olvidéis. Y sin embargo habían desaparecido solo quedaba su recuerdo, como si de un sueño se tratara. Y lo siguiente La T4,  Barajas, Madrid. Como puede ser posible que estemos tan cerca y tan lejos. 

En este relato está implícito el sufrimiento de los saharauis en su cotidianidad y lo que es peor, La normalización del horror. No debemos permitir, dejar que países y políticos implicados en el conflicto estén utilizando a esta gente como moneda de cambio. Sobre todo porque para los que ya hemos estado allí, los saharauis no son un ente abstracto sino: Fatimetu, Somalo, Ahmed, Aminetu, Sheina, Sidahmed, Sahara, Hertru, Abdulá, Envoirik, Larosi; Brahim, Nass, Nasija, Hira, Abdelaziz, Salka, Marian, Hamudi Mariem, Mohamed, …

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